El Santuario
En el siglo XI, se levantó el Santuario de estilo románico en el punto más alto del monte Artxueta, en la sierra de Aralar. El lugar es idóneo para realizar rutas de senderismo explorando el San Donato, o de camino al pueblo de Lekumberri.
El edificio actual junto a la capilla, fueron levantados en el siglo XII donde se encontraba el anterior edificio románico. El estilo es sencillo, austero y con poca decoración, que da una sensasción relajante, con impresionantes vistas al San Donato.
Leyenda
Cuenta la leyenda que, el señor Teodosio de Goñi, regente de la comarca fue a combatir a los musulmanes durante el siglo VIII. A su vuelta, se encontró con un viejo ermitaño que le contó que su mujer le estaba siendo infiel. Aquel ermitaño era el diablo. Don Teodosio, enfurecido, acudió a su casa y apuñaló con su espada a la pareja que estaba durmiendo en su cama, sin saber que en realidad eran sus propios padres.
La condena por este hecho no fue pequeña, Teodosio tendría que caminar por los montes del valle portando una pesada cruz atado con cadenas (por orden del Papa), hasta que las cadenas se rompiesen. Durante la penitencia, un dragón apareció frente a él. Teodosio, sin dudarlo, invocó a San Miguel. El ángel, una vez acaba con el dragón, rompe las cadenas de Teodosio. Justo donde tuvo ligar el hecho, Teodosio erigió un santuario, donde se guardan las cadenas y la reliquia de San Miguel
Retablo
Quizás lo más destacable y conocido del santuario. El retablo de San Miguel de Aralar de estilo románico. Robado en el 1979, desde el 91 permanece completo una vez recuperado. El retablo consiste en una gran obra de arte románico dimensiones de 2x1,14 metros.
Además del retablo, en el santuario se encuentra el relicario de San Miguel de Aralar del siglo XVII, hecho de plata sobredorada. Esta reliquia suele recorrer los pueblos e instituciones navarras a lo largo del año.